Cuando el triunfo depende de una fracción de segundo, el uso de datos resulta crucial para alcanzar la victoria, por lo que muchos deportes utilizan Big Data para mejorar el rendimiento de los atletas. Con un análisis de datos, los deportistas utilizan sus métricas para mejorar su técnica y determinar áreas de mejora, pero quizás uno de los deportes en los que resulta más interesante su aplicación es en el automovilismo.
Un auto de carreras puede llegar a producir más de 300 GB de datos en una competencia, proporcionando una infinidad de posibilidades para analizar errores y puntos fuertes, convirtiéndolo en un perfecto ejemplo de Internet of Things. El equipo de expertos tecnológicos puede equipar cada vehículo con alrededor de 200 sensores que recogen datos previo y a lo largo de todo el circuito.
Las escuderías han colaborado con diferentes compañías en los sectores tecnológicos para maximizar el rendimiento y mejorar sus tiempos. Mientras el equipo de ingenieros trabaja en los boxes, un segundo equipo analiza los datos y obtiene información en tiempo real, desarrollando modelos que analizan y crean diferentes escenarios que permitan superar a la competencia de la manera más óptima y segura.
Algunos de los equipos más reconocidos en esta competencia se aseguran de que cada pieza del coche haga uso de los datos históricos y simulaciones. Sin embargo, aunque todos estos datos ayudan a mejorar los resultados, el conductor sigue siendo el sensor principal, ya que es el único que tiene contacto directo con la pista. El análisis de datos ayuda a mejorar el rendimiento, pero lo más importante, permite a los pilotos centrarse en lo que mejor hacen: conducir.
Y si bien, el rendimiento del vehículo es fundamental, lo prioritario es la seguridad y salud de los pilotos. Para ello, existen guantes biométricos que miden la frecuencia cardiaca y los niveles de oxígeno que permiten controlar sus signos vitales durante carrera, así como antes y después de una posible colisión. Rastrear los signos vitales de forma remota es importante, de esta forma el personal médico sabe el estado del conductor frente a un accidente. El mismo escenario ocurre con el seguimiento de los signos vitales del equipo de boxes.
Bajo esta perspectiva, podría pensarse que la tecnología ha vencido a una institución, pero la realidad es que esto ha proporcionado a los pilotos más libertad para lograr mejores resultados sin preocuparse de ciertos factores y ha abierto las puertas de acceso a una infinidad de información de gran valor. Al final, es el conductor el que decide qué hacer, cuándo acelerar o bajar la velocidad y cuándo es el momento de sobrepasar a su competencia. La gran diferencia de contar con los datos es la posibilidad de planificar mejores estrategias basadas en hechos reales.
El deporte de motor ha tenido una evolución interesante, especialmente con la introducción de la tecnología. Es emocionante pensar el impacto que seguirá teniendo el Big Data, así como las nuevas tendencias tecnológicas en este y en los diferentes aspectos de nuestra vida diaria y los negocios.